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¿QUÉ BUSCA CHILE? antes del proximo fallo de la Corte de la Haya (1ra parte)

Publicado: 2012-03-15

El propósito de este artículo es alertar  a las personas e instituciones más comprometidas con la Defensa Nacional, para que puedan evitar que se repita la historia de imprevisión de nuestro país, de los años previos a la Guerra del Pacífico. Esto, con respecto a la amenaza que se cierne sobre el Perú, sobre un posible incidente armado provocado por Chile, como elemento de tensión entre ambas naciones. Ello, antes de darse el fallo que deberá emitir la Corte Internacional de Justicia de La Haya, en el proceso contencioso con relación al diferendo limítrofe marítimo entre Perú y el vecino país del Sur.

Pese a que Chile proclama cómo principio de su política exterior el respeto al derecho internacional y el irrestricto apego a los instrumentos jurídicos que regulan las relaciones internacionales, y le asigna especial importancia a la solución pacífica de las controversias.

Y además ha reconocido la jurisdicción y competencia de la Corte de La Haya, al apersonarse al proceso, designar  apoderados (agentes), señalar domicilio legal, contestar la demanda incoada  en su contra por el Estado peruano, y finalmente presentar la dúplica, con lo cual precluyó la fase escrita. Y en los próximos meses ingresaremos a la etapa oral que será pública; y finalmente se dictará la sentencia respectiva.

Claro está, en el entendido de que la diplomacia y el derecho, constituyen los únicos medios legítimos para la solución pacífica de las controversias entre los Estados. Y es en ese plano donde debería resolverse dicho litigio marítimo, respetando el fallo que pronuncie este órgano jurisdiccional supranacional.

Sin embargo, se nos viene en este año un período tenso, debido a la existencia de un conjunto de actividades reveladoras en el campo militar chileno que no podemos dejar de analizar  y luego valorarlas conjuntamente con otros hechos concomitantes que servirán como insumos, para cuando se formule una apreciación de inteligencia estratégica sobre el escenario de crisis que se podría dar durante el 2012.

¿Cuáles son esas actividades reveladoras?Veamos

Es de público conocimiento que Chile ha desarrollado un impresionante poderío militar al haber adquirido un sistema de armas,  de última generación,  de carácter netamente ofensivo (pues se publican en la revista Janes de armas en el mundo, en el Instituto de Estudios Estratégicos de Londres y en el Instituto de la Paz de Estocolmo, conocido como SIPRI).

Pero, lo más peligroso de esta parafernalia bélica  radica  en el hecho de cuyo mayor dispositivo, composición y fuerzas – de todo ese aparato militar – es que se encuentra orientado hacia lo que es su Teatro de Operaciones del Norte (frontera con Perú)

Entonces, dicho escenario, desde la óptica de nuestra Defensa Nacional constituye para la inteligencia estratégica peruana, hechos que – con mayor intensidad y fundamento - deberían ser tomados en consideración por la Dirección Nacional de Inteligencia – DINI, y su Director Ejecutivo el capitán EP Gómez Rodríguez Víctor Manuel, al proyectar cuáles serían los posibles escenarios de riesgos y amenazas contra la Seguridad Nacional del país en el presente año, para conocimiento del actual régimen de Gana Perú.

En esa  línea de pensamiento, es que se da esta alerta temprana.

¿Por qué?Veamos

Porque los peruanos tenemos que ser conscientes que estamos ante el hecho objetivo que las Fuerzas Armadas de Chile con su actual capacidad militar, tienen la intención de usar la fuerza, contra nuestro país, cuyo esquema estratégico trataré más adelante como una teoría operacional.

Ello, reitero, antes de darse dicho fallo, a fin de crear un nuevo escenario, una nueva situación, para evitar darle cumplimiento a la ejecución del mismo.

¿Cuál es la finalidad de esa alerta temprana?

Que nos demos cuenta los peruanos de lo que podría avecinarse. Para lo cual tenemos que evitar que la asimetría del potencial militar entre ambos países – muy favorable a Chile – continúe, porque nuestra fragilidad militar es de tal magnitud, que le otorga una clara ventaja al vecino país del Sur. Ello, si se llegara a materializar dicha hipótesis de posibilidad.

Esto, debería obligar al gobierno de Ollanta Humala Tasso – en el muy corto plazo – a disponer de un sistema defensivo que sepa combinar simultáneamente estrategias simétricas y asimétricas con una estructura organizacional  militar que pueda aplicar la doctrina de la Guerra de Cuarta Generación (4GW) contra un potencial adversario cuyos medios militares son notoriamente superiores a los nuestros[1].

Dicho esto, estando a las precisiones dadas, previamente, bajo el principio de utilidad, estimo pertinente comentar algunos considerandos del artículo que publicara, por este medio, el 11 de marzo de 2011[2].

 En efecto, en dicho texto señalé como un estimado de inteligencia predictiva, que el 2012 será  un año clave para los intereses internacionales de Chile en sus relaciones con el Perú y Bolivia.

E indiqué que en este año se presentará un posible escenario de crisis entre los tres países. Y que se vienen momentos difíciles para nuestra Seguridad Nacional. Pues el Perú en términos convencionales, está en una situación de indefensión total frente a una posible agresión militar chilena.

 Asimismo, precisé que los peruanos deberíamos dejar de consolarnos con la falacia del llamado “Núcleo Básico de Defensa” (NBD), que de disuasivo no tiene absolutamente nada frente al sistema de armas de nueva generación que posee Chile para realizar operaciones militares netamente ofensivas fuera de su territorio.

 Ello, bajo la tesis denominada HV3 (Hipótesis Vecinal 3), donde los sectores castrenses y quienes los apoyan, han logrado que sus Fuerzas Armadas tengan una capacidad militar ofensiva superior a las de sus países limítrofes. Esto es, se encuentran en condiciones de poder enfrentarse de manera simultánea a las de Argentina, Bolivia y Perú[3].

 Ahora bien, confirmando la hipótesis de predicción que planteara en ese entonces, en dicho documento, nueve meses después el ministro de Defensa de Chile, Andrés Allamand, ha reconocido, públicamente en declaraciones dadas al diario La Tercera de Chile el 10 de diciembre último, que el año 2012 será compleja la relación de su país con Perú y Bolivia.

 ¿En qué hecho se basa el ministro de Defensa para dar tal declaración?

Se ampara en el hecho de que los expertos chilenos (léase analistas) señalan que el inicio de la fase oral, en el 2012, de la disputa limítrofe marítima que se está viendo en La Haya – dizque – podría alentar expresiones nacionalistas en Perú. (¿?)

Y paralelamente, indica que además es previsible – según dichos expertos – haya problemas con Bolivia, en el 2012, si el gobierno de Evo Morales, materializa su anunciado propósito de denunciar el tratado limítrofe de 1904, suscrito entre Bolivia y Chile. Esto, para recuperar cualidad marítima.

De acuerdo a ello, considera la posibilidad que al margen de lo que suceda en Perú, en el caso de Bolivia, tendrían, dos frentes de conflicto. ¿Cuáles?

Primero, la eventual denuncia del supradicho Tratado de Paz y Amistad con Chile que data de 1904. (los bolivianos lo consideran es injusto e impuesto por la fuerza, por lo que seguirán el mismo camino del Perú de recurrir a la Corte de la Haya).

Segundo, el intento por aprovechar la próxima Asamblea General de la OEA, que se realizará – a mediados del 2012 – en Cochabamba para presentar su demanda marítima.

En consecuencia, precisa que este año, para Chile el panorama vecinal será complejo. Sin embargo, resalta el hecho que la relación de su país con Argentina, está en el mejor momento histórico. Con lo cual evita cualquier tipo de conflicto con el régimen de la presidenta Cristina Fernández viuda de Kirchner.

Al ser preguntado: ¿si el 2012 será el año más difícil para el gobierno de Sebastián Piñera? contestó: “No sé si es el más difícil pero sí complejo”. (Sic)

Luego explica que, “A veces las complejidades surgen de imprevistos que pueden generar consecuencias de importancia. Lo que hace la diferencia esta vez es que se trata de un horizonte previsible”. (Sic)

¿Qué representa dicha expresión para el ministro Andrés Allamand?

El significado lo encontramos en esta frase suya: “podemos y tenemos que estar plenamente preparados con nuestra fuerza militar. La tarea principal es mantener una capacidad de fuerza disuasiva muy preparada”. (Sic)

Dicha posición demuestra un hecho objetivo. ¿Cuál?: insisto, la intención del uso de la fuerza que tiene Chile contra nuestro país y Bolivia. Ello, sustentado en el exagerado armamentismo desarrollado.

Claro está, haciendo gala al lema de su escudo: “Por la razón o por la fuerza”. Y ya sabemos que cuando se les acaba la razón utilizan la fuerza. De eso que nos quepa la menor duda a los peruanos.

De otro lado, Allamand revela que están “siguiendo con gran atención lo que ocurre en Bolivia y Perú, porque, en su criterio, la regla que nunca falla es: a inestabilidad interna en cualquiera de estos dos países, aumento de la agresividad contra Chile”. (Sic)

En el caso peruano, refiere “es preocupante que en la etapa inicial de su mandato el presidente Humala ya haya tenido que decretar estado de emergencia en Cajamarca, donde había tenido una muy alta votación (…) Que haya tenido que tomar esa medida nos da cuenta que existe una turbulencia mayor”. (Sic). Esta apreciación demuestra que tiene conocimiento actualizado de la situación política interna del Perú.

Conforme a ello, la pregunta que fluye clara a ineluctablemente es: ¿qué organismos de Chile están siguiendo y analizando con gran atención lo que ocurre internamente en Bolivia y Perú?

Antes de dar respuesta a dicha interrogante, previamente debemos conocer que el Sistema de Inteligencia del Estado – en Chile – es el conjunto de organismos de inteligencia independientes entre sí, funcionalmente coordinados, que dirigen y ejecutan actividades específicas de inteligencia y contrainteligencia.

 ¿Con qué finalidad?

Para asesorar al presidente de la República y a los diversos niveles superiores de conducción del Estado, en la toma de decisiones, en virtual de lo cual formulan apreciaciones de inteligencia útiles para la consecución de sus objetivos nacionales.

Dicho sistema, de conformidad con lo dispuesto por el artículo 5 de la Ley N° 19.974, está integrado por los organismos de inteligencia siguientes:

Primero, por la Agencia Nacional de Inteligencia.

Segundo, por la Dirección de Inteligencia de Defensa del Estado Mayor de la Defensa Nacional.

Tercero, por las Direcciones de Inteligencia de las Fuerzas Armadas.

Cuarto, por las Direcciones o Jefaturas de Inteligencia de las Fuerzas del Orden y Seguridad Pública.

Estando a los principios doctrinarios de especialidad, exclusividad y división de funciones, que rigen las actividades de inteligencia, a los dos primeros organismos les corresponde – por mandato de la predicha Ley – seguir y analizar la evolución de la situación interna, tanto en Bolivia como en el Perú.

Así tenemos que a la Agencia Nacional de Inteligencia  - conocida bajo el acrónimo de ANI – le corresponde las funciones de recolectar y procesar información de Bolivia y Perú en los diversos dominios o campos de actividad no militares.

Ello, para producir informes, análisis y apreciaciones de inteligencia que se requieren para que el presidente Sebastián Piñera adopte medidas y acciones específicas en lo relativo al próximo fallo de La Haya y ante la estrategia que adoptará el gobierno de Evo Morales en el 2012.

Ya sabemos que el Director de la ANI, desde el 01 de abril de 2010, es el ex-Fiscal Adjunto de Quillota, el abogado y magister en Lógica y Filosofía de las ciencias, Gonzalo YusselQuiros,[4] quien de acuerdo a su línea de pensamiento y perfil de personalidad, es un hombre formado para la confrontación. Además, continúa con el discreto encanto de escribir una reseña mensual sobre libros de literatura en la revista chilena Tell Magazine.

En cuanto al campo militar, la inteligencia militar en Chile es una función que compete exclusivamente a los servicios de inteligencia de las Fuerzas Armadas y a la Dirección de Inteligencia de Defensa del Estado Mayor de la Defensa Nacional.

Para los casos de Bolivia y Perú, esta última agencia es la que centraliza la información y las apreciaciones de inteligencia que provienen de los órganos de inteligencia de sus Fuerzas Armadas, para asesorar, en el nivel político – estratégico al ministro de Defensa, a la Junta de Comandantes en Jefe de las FFAA y al Consejo Superior de Defensa Nacional (CONSUDENA).

¿Qué comprende este campo?

Comprende la inteligencia y la contrainteligencia necesaria para, detectar, neutralizar y contrarrestar dentro y fuera de Chile, cualquier actividad de Bolivia y Perú que puedan afectar su Defensa Nacional.

Por eso nos espían a los peruanos. Pues no tenemos un Sistema de Contrainteligencia (SICON) que neutralice dichas operaciones. Fue miopemente desactivado durante el gobierno de Alejandro Celestino Toledo Manrique. Y hasta la actualidad no se reconstituye. ¡Increíble!

Recordemos que las operaciones especiales de inteligencia de espionaje desarrolladas por los aparatos de inteligencia militar de Chile, lograron producir – entre el 2002 al 2009 (durante los gobiernos de Toledo y García) – una peligrosa brecha en la seguridad peruana.

Este hecho ha causado grave daño a nuestra Defensa Nacional, mediante el empleo de espías (caso del técnico inspector FAP Víctor Ariza Mendoza)[5] y a través de los medios no legales para favorecer sus posiciones de defensa y seguridad.

Es por eso que, en la hora actual, existen fundadas razones para dudar que Chile cumpla y ejecute una sentencia emitida por La Haya que, le sea desfavorable, en el diferendo limítrofe marítimo que mantiene con nuestro país. Para evitarlo, se podrían adelantar a dicho desenlace procesal legal.

¿Por qué?

Porque Chile quiere seguir ejerciendo soberanía sobre un mar que ellos creen que es de su propiedad desde hace más de 50 años. Eso es lo real y concreto.

Además el Presidente Sebastián Piñera se encuentra en la encrucijada. Si cumple con el fallo, su creciente impopularidad se traducirá en ilegitimidad.

Ello, porque a diciembre de 2011 cuenta con tan sólo una aprobación de 23%. Esto es el más bajo índice de aprobación presidencial de un gobernante chileno desde 1990 hasta la actualidad.

Y nos encontramos ante la cruda realidad – según una última encuesta difundida en noviembre del 2011 por el diario El Mercurio – que el 73% de los chilenos rechazan ceder un espacio marítimo al Perú, así la Corte Internacional de Justicia de La Haya nos dé la razón en su fallo.

Este porcentaje de chilenos que rechazan un fallo favorable a Perú, es igual al publicado por el mismo diario en el año 2010 con motivo del Bicentenario de Chile. Es decir, es consistente la opinión mayoritaria de la población chilena en no ceder territorio marítimo, en litigio, a Perú.

Frente a dicho escenario, será muy difícil que las FFAA de Chile, cedan al Perú un espacio marítimo que hoy controlan con el más moderno equipamiento militar que existe en la región. Y mucho menos que se opongan a la opinión mayoritaria de su población, tanto más que en el “Libro de la Defensa Nacional de Chile 2010”, se sostiene que la demanda peruana no tiene méritos ni fundamentos[6].

Es por eso que la estrategia militar chilena podría tomar iniciativa para actuar sorpresivamente contra nuestro país. Claro está, en concordancia con una previa decisión política.

En este contexto los peruanos no podemos ignorar lo que vienen diciendo diversas autoridades de Chile, desde el 16 de enero de 2008, fecha en la que nuestro país – durante el gobierno de Alan García Pérez – interpuso la demanda contra el Estado chileno por la delimitación marítima ante La Haya.

Hay que tener presente que esta acción fue incoada en momentos en que el componente militar del poder nacional peruano, no podía respaldar dicha medida debido a sus actuales ínfimas capacidades operacionales que se mantienen hasta la actualidad.

Tremendo fallo de la inteligencia estratégica peruana a cargo de la Dirección Nacional de Inteligencia – DINI como Órgano Rector especializado del Sistema de Inteligencia Nacional – SINA y de su entonces Director Ejecutivo el general PNP (r) Danilo Guevara. Por no cumplir con alertar y prevenir al presidente García. Y si lo hicieron, éste no les  hizo caso. En ambos extremos la negligencia es muy grave por las consecuencias futuras. ¡Increíble!

Si se diera un hipotético conflicto armado, que desde luego nadie desea, no habría como afrontarlo convencionalmente desde la perspectiva de la Guerra de Tercera Generación (3GW). Ello, reitero, frente al exagerado armamentismo chileno que ha roto el equilibrio militar en la Región.

En tal sentido, las opiniones de las autoridades chilenas no se tratan de expresiones dadas aisladamente. Si las analizamos y evaluamos de manera conjunta, podemos colegir que formarían parte de una bien estructurada estrategia de Estado, que emite periódicamente mensajes de claro contenido bélico contra nuestro país. Esto, ejerciendo su gran poder de disuasión.

A guisa de comentario, precisaré cuales son los principales mensajes bélicos emitidos en Chile. Veamos.

Primero, el 03 de junio de 2009, el almirante Edmundo Gonzales, al asumir el cargo de Comandante en Jefe de la Armada, haciendo alusión al proceso contencioso que se viene tramitando ante La Haya, señaló que: “la Marina está preparada para defender su soberanía”.

Segundo, el 28 de Junio de 2009, el ministro de Defensa Francisco Vidal, refiriéndose a la capacidad operativa de sus Fuerzas Armadas en la región, señaló que: “tenemos el mejor Ejército, Fuerza Aérea y Armada de los últimos cien años”.

Tercero, el 26 de enero de 2010, el Comandante en Jefe de la Fuerza Aérea, general del aire Ricardo Ortega, en medio de la demanda por los límites marítimos y la visible carrera  armamentista de Chile, lanzó una provocadora advertencia: “Chile tiene potencia militar para pegar fuerte”.

Cuarto, el 12 de febrero de 2010, el ministro de Defensa Jaime Ravinet, señaló muy claramente que: “debemos usar la política de Defensa Nacional como un instrumento de la política exterior de Chile”.

Quinto, el 12 de mayo de 2010, el ministro de Defensa Jaime Ravinet, puntualizó que: “su país busca tener unas Fuerzas Armadas perfectamente preparadas para poder defender sus fronteras”.

Sexto, el 26 de mayo de 2011, el actual ministro de Defensa Andrés Allamand, señaló que: “las Fuerzas Armadas chilenas se encuentran en capacidad plena para resguardar la soberanía”.

Séptimo, el 10 de noviembre de 2011, el presidente chileno Sebastián Piñera, en un discurso dado durante el ejercicio militar Huracán 2011, destacó que: “su país tiene Fuerzas Armadas perfectamente preparadas para defender su soberanía, su territorio y su mar”.

Octavo, el 17 de diciembre de 2011, el Comandante en Jefe de la Fuerza Aérea de Chile, General del Aire Jorge Rojas, en un discurso dado tras la puesta en órbita de un satélite chileno, declaró que dicho artefacto espacial “nos permitirá tener el desarrollo espacial que Chile necesita para generar los niveles de disuasión que la política exterior requiere en su manejo”.

Ahora bien,  el principal indicador que permite conocer la intencionalidad del Estado chileno en materia bélica es identificado la presencia de una exagerada “carrera armamentista” que ha llevado a cabo dicho país, reitero, valga la redundancia, rompiendo el equilibrio militar en la región.

En el escenario descrito párrafos ut supra, este “armamentismo” constituye una seria y peligrosa amenaza a la Seguridad Nacional del Perú, porque revela en el ámbito de la defensa la verdadera intención que tiene Chile en sus relaciones con nuestro país.

Ello, estando a la verdadera orientación de su actual política de defensa que es netamente ofensiva (más no defensiva) y disuasiva, siendo un instrumento más de su política exterior.

El medio probatorio típico más idóneo para poder acreditar los hechos expuestos precedentemente, y que permite producir certeza respecto a la magnitud del “armamentismo” chileno, es un documento público de dicho país.    

¿Cuál documento? Veamos.

 El “Libro de la Defensa Nacional de Chile 2010”[7], donde consta indubitablemente que el monto gastado en la adquisición de armamento para sus Fuerzas Armadas, en el período 1996 – 2008, asciende a la cuantiosa suma de $ 17,667 millones de dólares. 

Ello, sin contar lo invertido en los años 2009, 2010, 2011, respectivamente, que incrementa dicha cantidad en suma mayor. 

Dicha cifra, comparada con los $ 600 millones de dólares que recibieron las FFAA peruanas, durante el régimen aprista de Alan García Pérez, para el período de 2006-2011, con la finalidad de equipar el “Núcleo Básico de Defensa” (NBD), hoy “Núcleo Básico Eficaz” (NBE), resulta inmensamente superior a la de nuestro país. 

Por tanto, constituye una utopía, una ilusión, una falacia, que con el NBE, tengamos FFAA disuasivas frente a las de Chile, las cuales poseen una Potencia Combativa Relativa (PCR) – graficada numéricamente para una mayor ilustración – de 10, frente a una PCR de 1, que tienen las de Perú. Esa es la cruda realidad, monda y lironda. Nos encontramos en una situación de indefensión. ¿Qué les parece? 

Ahora veamos cuáles son las nuevas armas de última generación con las que cuenta Chile como parte del plan de modernización de sus FFAA (Plan “Alcazar” Ejercito. Plan “Océano” Armada y Plan “Bicentenario” Fuerza Aérea), para ser la más poderosa de la región. 

Primero, los 46 modernos aviones cazabombarderos F-16 que pueden ser reabastecidos de combustible en el aire, por los tres aviones tanqueros “KC-135 Boeing” que disponen. Lo cual les posibilita realizar ataques aéreos en profundidad sobre territorio peruano. 

Estos F-16 están equipados con misiles Amraam que tienen un alcance de hasta 125 kilómetros. Se utilizan en el combate contra otros aviones, mientras que para destruir buques y objetivos en tierra, emplean misiles Harpoon SLAM y bombas JDAM, que tienen un alcance de hasta 90 kilómetros. 

Segundo, los aviones no tripulados Hermes 900, conocidos bajo el nombre de “Drones” y técnicamente por las siglas de UAV (UnmannedAerialVehicles). La cantidad se desconoce.  He ahí una tarea para la inteligencia militar peruana. 

Dichos aviones sin piloto tienen la gran capacidad de poder penetrar en profundidad en nuestro territorio, en cualquier condición meteorológica, durante treinta horas seguidas, a una altitud de 9,100 metros para rastrear miles de kilómetros.

 Ello, con la finalidad de realizar actividades de espionaje electrónico (ELINT) sobre actividades militares peruanas y la transmisión de datos en tiempo real a su puesto de comando y control, pues están equipados con los más sofisticados censores y cámaras para recopilar inteligencia – de día y noche – sobre los blancos militares seleccionados. Son muy difíciles de detectar por los radares. 

Además, cumplen funciones de reconocimiento y combate. Para esta última actividad tienen la capacidad de ser equipados con misiles SPIKE a fin de destruir objetivos estratégicos en tierra. Esto sin poner en peligro a su propio personal. 

Tercero, el Satélite “Fasat Charlie” que adquirió el Estado chileno, por un monto de 72 millones de dólares, el cual fue lanzado y puesto en órbita el 17 de diciembre de 2011, desde la Guyana francesa a bordo de un cohete ruso Soyuz. 

Es evidente que Chile ha lanzado dicho satélite con claros objetivos militares, pues va a utilizar este artefacto espacial – sin duda alguna – para transmitir información de carácter militar sobre Bolivia y Perú, particularmente con respecto a alguna actividad de las FFAA peruanas (conocer los desplazamientos y reubicación de unidades militares) en cualquier lugar de nuestro territorio, claro está, independientemente de la información sobre planeamiento urbano y agrícola, que es de uso no militar. 

Por eso, dicho satélite ha sido adquirido por el ministerio de Defensa de Chile, y se encuentra exclusivamente a cargo de la Fuerza Aérea de Chile (FACH).  

En consecuencia todas las operaciones del satélite, serán efectuadas por personal de oficiales y técnicos de dicha Institución castrense desde la Base Aérea “El Bosque”, en donde podrán vigilar, fotografiar y recibir información de muy alta resolución.  

Esta última adquisición mejora la capacidad de disuasión militar de las FFAA de Chile. Eso, ni dudarlo. Pues seguimos disuadidos por dicho país. 

El testimonio más elocuente de este hecho lo encontramos en las declaraciones dadas por el actual Comandante en Jefe de la FACH, general Jorge Rojas, al ponerse en órbita dicho satélite, ocasión en que, insisto, refirió que el  Satélite “Fasat Charlie”, les “permitirá tener el desarrollo espacial que Chile necesita para generar los niveles de disuasión que la política exterior requiere en su manejo”. A confesión de parte, relevo de prueba.  Según reza un antiguo aforismo jurídico. 

Cuarto, los dos modernos submarinos clase Scorpene, que tienen la capacidad de lanzamiento de misiles SM-39 y pueden atacar, tanto desde las profundidades del mar, como desde la superficie contra objetivos terrestres. Son silenciosos, con autonomía de hasta cincuenta días de inmersión, pudiendo recibir, bajo el mar, datos sobre posiciones peruanas de parte de los drones.

 Se encuentran dotados de una tecnología de avanzada que los hacen una poderosa arma de ataque y penetración en las líneas de navegación peruanas. Es decir, están equipados para efectuar maniobras netamente ofensivas. 

Quinto, un buque de desembarco de 12,000 toneladas para operaciones anfibias.  El más grande y moderno de Latinoamérica.  Puede transportar un batallón de infantería de marina con equipo de combate completo, incluyendo varios tanques Leopard.  Además, tiene una plataforma para portar siete helicópteros. 

Sexto,  los 400 tanques Leopard que poseen características tácticas y técnicas excepcionales como un alcance eficaz de tiro de 2500 metros en pleno movimiento. Además cuentan con sistemas computarizados capaces de neutralizar cualquier ataque. 

Por ello, la actual estructura organizacional, doctrinaria y operativa de las Fuerzas Armadas chilenas está configurada en base a un sistema de armas de carácter netamente ofensivo. 

A este esquema estratégico obedecen las dos últimas maniobras militares conjuntas realizadas por sus FF.AA en los dos últimos años, como parte de su preparación bélica. 

¿Cuáles? Veamos. 

Primero, el ejercicio “Salitre 2009”,  realizado en octubre de 2009 en la región norteña de Antofagasta, cuya hipótesis era “contra un país del Norte denominado ficticiamente Tarapacá, que no respeta los tratados internacionales” Ello, en clara alusión al Perú, lo cual constituyó un acto inamistoso contra nuestro país, y que motivó – en su oportunidad -una nota de protesta de Torre Tagle. 

Segundo, el reciente ejercicio “Huracán 2011”, realizado en noviembre de 2011 en el sector de Pampa Perdiz, en pleno desierto de Atacama, en donde se usaron los tanques Leopard 2.A4 del Ejército, los cazabombarderos F-16 de la FACH y unidades de las Armada 

Este ejercicio fue organizado y dirigido por el Estado Mayor Conjunto, y tuvo la finalidad de comprobar en el terreno la planificación y ejecución conjunta de las operaciones. 

“Huracán 2011”, comprendió dos fases. La primera, la preparación y apresto de la fuerza conjunta; y segundo, la ejecución del ejercicio militar, que contempló una etapa crisis y otra de desarrollo de un conflicto simulado. 

Vemos pues que Chile ha convertido el proceso contencioso que se tramita ante La Corte de la Haya, en un agresivo ejercicio de disuasión militar contra el Perú. Con esta actitud se perfila un posible escenario donde podría utilizar todo su potencial militar con la finalidad de tratar de evitar cumplir un fallo que les sea desfavorable. (Continuará) 

de Vladimiro Montesinos Torres, el miércoles, 15 de febrero de 2012 a la(s) 13:35 ·


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VIVA EL PERU

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