Carolina Trivelli: Chilena por convicción, peruana por ambición
Tanto habló el presidente Ollanta Humala de los peligros que representan los chilenos y termina colocando una yegua de Troya que participa en el gabinete: la chilena Carolina Trivelli en el ministerio de Inclusión Social.
El semanario Hildebrandt en sus Trece reveló que la ministra de la cartera de Desarrollo e Inclusión Social (Midis) Carolina Trivelli tuvo toda su vida la nacionalidad chilena hasta hace poco más de cinco meses, hecho admitido por la asesora de prensa de la ministra, Susy Sato, quien confirmó el hecho al semanario en mención.
Trivelli renunció a su nacionalidad chilena antes de ser nombrada ministra. Nació en Miraflores, Lima, pero tras nacer su padre chileno la inscribió en el consulado de su país, con lo cual confirmó su nacionalidad chilena.
Su lealtad es con Chile, es chilena de convicción.
Trivelli tiene 43 años de edad y toda su vida rechazó la nacionalidad peruana, prefiriendo a la chilena. Su adultez no hizo que cambie de parecer, continuó siendo chilena. Sólo al presentársele la oportunidad de inmiscuirse en el Consejo de Ministros optó por dejar la nacionalidad chilena.
Esta mujer se burla de todos los peruanos, como si de un momento a otro le hubiese entrado un súbito desprecio por los chilenos y un fogoso amor por el Perú. No. Ella sigue siendo chilena por convicción, por elección, por principios. Para ella optar la nacionalidad peruana es sólo un episodio que puede ir desde el interés hasta el espionaje. Nadie cambia en verdad de principios de la noche a la mañana, y tenemos que desconfiar mucho más de alguien que lo hace por una atractiva oferta como el cargo de ministra.
Ella prefirió toda su vida a Chile y ahora peligrosamente se encuentra escuchando lo que se dice en el Consejo de Ministros.
Esperemos que con urgencia la chilena Trivelli sea arrojada del cargo de ministra, donde lo primero que hizo es rodearse de una planilla dorada de favoritos, para lo cual gustoso el ministro de Economía le otorgó el presupuesto que niega a otros trabajadores peruanos.
Ollanta Humala traicionó a la mujer peruana al ofrecer nombrar a mujeres en proporción de más del 50% de su gabinete, pero sólo tenemos como consuelo a la ministra de la Mujer (sólo porque un hombre no puede estar en este puesto), a la de Educación y ahora a una chilena en lugar de una peruana.
Esto es intolerable, es muy grave tener de ministro a un peón de un país enemigo, Chile. Lo único que un peruano honesto podría decir es ¡Fuera Trivelli del Gobierno peruano!